Mujeres profesionales, multifacéticas, incansables trabajadoras (kuña katupyry) complementan su rol de esposa y madres con sus actividades laborales y sus familias. Ellas cuidan de sus hijos con el amor sin límites que solo una madre puede brindar.
A TODAS ELLAS NUESTRA GRATITUD Y RECONOCIMIENTO COMO FUNDACIÓN TESÃI POR LO QUE RENDIMOS UN EMOTIVO Y JUSTO HOMENAJE POR EL “DIA DE LAS MADRES”.
Madres de hoy, con responsabilidades y obligaciones a cuestas, heroínas en mayúsculas que lo soportan todo.
Son historias diferentes, pero con un punto en común, representan la guapeza y la esencia de las residentas de la guerra grande, aquellas heroínas que salvaron a la patria de los aciagos días de una campaña de exterminio como fue la guerra de la triple alianza (1864-1870).
En síntesis, mujeres paraguayas que reconstruyeron la nación con una fortaleza espiritual inquebrantable, coraje y valentía a flor de piel ante las adversidades y el infortunio.
SER MADRE ES UN REGALO DE DIOS”
En síntesis, mujeres paraguayas que reconstruyeron la nación con una fortaleza espiritual inquebrantable, coraje y valentía a flor de piel ante las adversidades y el infortunio.
Conocimos a Doña Elva Báez de 58 años de edad, trabajadora de limpieza del servicio tercerizado del Hospital de Área 2 de Ciudad del Este. Con la alegría y el buen trato que la caracteriza, paraguaya de tierra adentro y temple de acero recorre sonriente cada mañana los pasillos del Hospital realizando sus labores con responsabilidad, entrega y dedicación.
Elva tiene 10 hijos (7 varones y 3 nenas) y hace 18 años que trabaja en la Fundación Tesãi. Para ella ser madre es una bendición de Dios, es un regalo de la vida.
“Ser madre es un don, no hay como explicar en palabras, construir una familia no es fácil, el amor de madre es incomparable, no se puede sustituir. Una mamá es capaz de hacer cualquier cosa por su hijo, un amor sin límites”, manifestó emocionada.
“ORGULLOSA DE SER MADRE”
“Ser madre es un don, no hay como explicar en palabras, construir una familia no es fácil, el amor de madre es incomparable, no se puede sustituir. Una mamá es capaz de hacer cualquier cosa por su hijo, un amor sin límites”, manifestó emocionada.
Nilda Ortiz, también del sector de Limpieza del Hospital del Área 2, con 39 años de edad y madre de dos hijos, dice orgullosa que ser madre significa cambiar su vida, su tiempo y su forma de pensar. Significa dar todo tu corazón y entregar tus fuerzas cada día para sacarlos adelante y enseñarles a vivir, remarcó.
“Mi sueño siempre fue ser mamá, quiero que mis hijos sean personas de bien, que estudien, que trabajen. Enseñarles valores, el respeto, ser amables y solidarios. Llegar a mi casa y verlos crecer, bien educados es mi mayor orgullo”, refirió.
Por su parte, la Lic. Liz González Aguayo, funcionaria administrativa de procesamiento de datos del Hospital del Área 2 y madre de 4 maravillosos hijos, expresó que ser madre es uno de los sentimientos más sublimes de la tierra, es el amor y la gracia de Dios sobre sus hijos.
“Una mamá puede dar la vida por sus hijos, puede hacer todo por ellos, madre es una palabra que solo la que tiene esa condición lo sabe y lo siente con toda su alma”, sostuvo.
Acotó que pasó por una experiencia personal que provocó dolor y aflicción a la familia. A su hija se le había diagnosticado tumor en la cabeza, pero que Dios obró en su vida de una manera inexplicable que es difícil de entender en nuestra comprensión humana.
Siguió diciendo “Tenemos que agradecer a la vida, tenemos que hacer su voluntad, amarnos, perdonarnos. Que luchemos siempre con amor por nuestros hijos”, indicó Liz González.
“ES AMOR PURO”
La Lic. Nilda Solís, jefa del servicio de Obstetricia del Hospital del Área 2 y madre por tercera vez, refirió que para ella dar a luz es experimentar una vez más la felicidad que tiene una mujer de poder cargar en su vientre por 40 semanas un nuevo ser, una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios con su infinito amor.
“Un nacimiento trae esperanza y mucho amor que tanta falta hace a la humanidad. Nuestra familia está conformada por cinco miembros, mi marido y tres hermosas niñas que Dios nos envió de regalo”, puntualizó disfrutando de tener en sus brazos a su bebé.
Solís saludo a todas las madres en su día, abogando por la unidad de las familias, la protección, la crianza y la educación de los hijos en un entorno con mucho amor y comprensión.
“AMEN A SUS MADRES EN VIDA”
La Lic. María Belén Giménez Ruiz, enfermera con 21 años de antigüedad en la Fundación Tesãi es madre de 2 hijos, todos mayores, independientes y profesionales. Con nostalgia recuerda a su madre ya fallecida, reminiscencias de épocas muy marcantes en su vida. Quebrada por la emoción y entre lágrimas nos cuenta lo feliz que era cuando su mamá Doña Gregoria Giménez de Ruiz-ya fallecida- la arropaba en sus brazos, prodigándole afecto y amor.
“Ya no tengo padres, mi mamá hace un año que ya no está físicamente. Esta pandemia nos tiene en jaque a todos, la familia y la oración a Dios es el alimento de la fe. Mi mamá nos enseñó a orar, la recuerdo como la mejor mamá del mundo, su abrazo, su trato cálido, sus palabras tiernas y sabias, gracias a Dios mucho pude abrazarla durante tantos años”, mencionó con la voz temblorosa.
Siguió diciendo, “Ser agradecida todos los días por la vida, por tener una mamá viva, compartir con ella, agradecer por su salud, hay hijos que por esta pandemia han perdido a sus madres y viceversa, madres que han perdido sus hijos. Muy pronto vamos a recuperar las ganas de sonreír, volveremos a ser como antes”, remató optimista.
Asimismo, pidió elevar una oración por aquellas madres que ya no están, victimas del COVID-19 para el eterno descanso de sus almas, además de guardar el mejor recuerdo de sus testimonios de amor y familia.