UNA ENFERMERA DE VOCACIÓN Y PROFESIÓN

Historias de vida que nos inspiran y nos motivan a ser mejores como seres humanos
La Fundación Tesãi celebra el 12 de mayo “Dia Internacional de la Enfermería” más que una profesión, un apostolado de servicio no solamente para una persona enferma; sino una luz de esperanza y amor a la vida para beneficio de toda la humanidad.

HOY VAMOS A CONOCER LA HISTORIA DE LA LIC. MYRIAN CAÑIZA DE GABRIAGUEZ, RECONOCIDA PROFESIONAL Y REFERENTE DE ENFERMERÍA CON 34 AÑOS DE ININTERRUMPIDO TRABAJO EN EL HOSPITAL DEL ÁREA 2 DE CIUDAD DEL ESTE.

Su testimonio de vida, conducta y trabajo sirve de inspiración a muchas enfermeras jóvenes que abrazan con pasión y compromiso humano esta noble profesión. A poco de acogerse a los beneficios de la jubilación, nos cuenta de sus comienzos, vivencias de pasillo, anécdotas y situaciones humanas más que nunca visibilizada y comprendida en el contexto de la crisis sanitaria.

Es indudable que los mismos se constituyen en héroes y heroínas de una lucha sin cuartel ante el avance arrollador de la pandemia del COVID-19. La Lic. Myrian Iluminada con un dejo de nostalgia- al empezar la entrevista- nos dice que ya nada es lo mismo, los tiempos han cambiado. La pandemia los puso al límite de la resistencia física y mental. Horas extenuantes de trabajo, la fatiga, el cansancio, los problemas de ansiedad, depresión, llantos y quiebres emocionales, hoy son parte de la rutina cotidiana en los pasillos de cualquier Hospital del país. Y lo peor, los números de víctimas en este estamento siguen aumentando.

En ese sentido, agregó con el temple y la fortaleza que la caracteriza, pero casi quebrada por la emoción que no hay mucho que celebrar, son más de 70 la cantidad de enfermeras/os que han perdido la vida desde el inicio de la pandemia en marzo del 2020. Aclaró asimismo que ninguna de ellas debe convertirse en números fríos de una estadística, son madres, esposas, hijas, abuelas, mujeres paraguayas que han partido a la eternidad dejando un legado de amor en el mejor momento de sus vidas productivas, combatientes en la primera línea de fuego contra un enemigo implacable como el coronavirus.

La Lic. Myrian Cañiza de Gabriaguez, tiene 59 años de edad y es oriunda de la ciudad de Capiatá, departamento Central, municipio cercano a la capital paraguaya. Según nos cuenta, anteriormente las mujeres no tenían muchas opciones, o se estudiaba para profesora o se ingresaba a una Escuela de enfermería. Ella inicialmente no estudio ni uno ni lo otro, se recibió de Lic. en Obstetricia en Asunción y al poco tiempo contrajo nupcias con un joven que hacia su carrera policial, hoy comisario general retirado Ángel Gabriaguez. Había muchos sueños y proyectos por cumplir, nada era fácil, una joven condicionada a los cánones sociales de la época que se aventuró a ir un poco más allá de la visión sesgada de la época, quería ser una profesional y realizarse como mujer, esposa y madre.

A los 18 años se casó y a los 21 años luego de recibirse de Licenciada en Obstetricia consigue su primer trabajo en el Centro de Salud de Calle¨i San Lorenzo y posteriormente en el Sanatorio Privado Santo Domingo en el área metropolitana de la capital.

Casada con un policía de carrera, sujeto al vaivén de los traslados sabía que el desarraigo iba a ser un problema, pero estaba presta para los desafíos y las oportunidades. En 1988 viene a la tierra roja del Alto Paraná acompañando a su marido, por lo que estuvo casi un año sin trabajar, pero cuidando su rol de madre con hijos a cuestas y un futuro que construir.

Esa pausa laboral no duro mucho, ese mismo año es admitida en el Hospital de Conempa administrado por la Itaipú Binacional para la prestación y asistencia hospitalaria a los funcionarios y empleados de la Entidad, actualmente Fundación Tesãi.

“Fueron tres meses de prueba para saber si nos quedábamos o no, me acuerdo de que inclusive nos ofrecían casas para vivir en las áreas habitacionales. Si nos aceptaban después del periodo de prueba podíamos elegir en donde vivir y por suerte elegí bien en el área 2, cerca del Hospital”, rememoró entre risas.

En aquellos tiempos, relata como en una retrospectiva de vida era muy difícil encontrar enfermeras profesionales ya que no existía Escuela de Enfermería en el Alto Paraná y toda la región. Por tal motivo, y ante la creciente demanda del servicio tuvieron que traer enfermeras que trabajaban en el Hospital de Clínicas y el Instituto de Previsión Social (IPS) Central de Asunción.

“En mi caso particular desde el primer momento me gusto trabajar en el Hospital, mi sueño era venir a Tesãi, anteriormente Conempa. Otras compañeras no aguantaron y se fueron otra vez a Asunción, tal vez por el problema del desarraigo, no había contención familiar, estaban prácticamente solas, no fue fácil”, refirió.

La Lic. Myrian Cañiza de Gabriaguez, nos cuenta que ella era Lic. en Obstetricia en la época de su ingreso a la Fundación Tesãi, pero luego de unos años estudio Enfermería en la ciudad de Caaguazú porque en toda la región no había Escuela de Enfermería.

“Tenía que viajar hasta esa ciudad, siendo madre, con niños pequeños, pero la fuerza de voluntad y las ganas de sobresalir en mi profesión me dieron esa fuerza para tener esa disciplina de vida, complementado con la atención a mis hijos y esposo como familia, rol que nunca desatendí”, señalando al mismo tiempo que fueron momentos muy marcantes en su vida.

De su matrimonio nacieron tres hijos, hoy todos profesionales e independientes que supieron comprender ese esfuerzo y retribuyeron con creces tanta dedicación y amor. El Dr. Iván Gabriaguez, especialista en Cardiología, una profesional del Derecho Abg. Vanesa Gabriaguez y Katherine Gabriaguez, Lic. en Marketing.

“Estoy orgullosa de mi familia, esta Fundación Tesãi me dio tantas satisfacciones, he conocido tantas personas maravillosas, pacientes, compañeros enfermeros, el valor humano no tiene precio, la vida te recompensa cuando hacemos las cosas bien y tratamos a todos como seres humanos”, subrayó.

Son 34 años de trabajo ininterrumpido en la Fundación Tesãi. Actualmente la profesional obstetra y enfermera es una referente para sus pares, por su legajo personal y laboral, sus cualidades humanas y alto sentido de projimidad que la han hecho acreedora del respeto, admiración y cariño de tanta gente fuera y dentro del Hospital.

La Lic. Myrian Cañiza de Gabriaguez, es un ejemplo de vida y dedicación a la Fundación Tesãi. “Para mí la Enfermería es una vocación de servicio en donde uno puede demostrar lo mejor de uno mismo hacia un paciente que necesita de una palabra de aliento, una esperanza para su curación y alivio. Nunca me voy a arrepentir de haber elegido esta profesión”, expresó orgullosa.

En otro momento, transmitió su mensaje de esperanza hacia sus compañeros/as en estos tiempos de pandemia, en que los profesionales de blanco están librando una guerra encarnizada contra el COVID- 19. Reivindicó el aporte invalorable de la Enfermería a la sociedad paraguaya, recordando con dolor a sus muchos compañeros que han sucumbido a esta lucha, pero con el espíritu imbatible de los que siguen batallando sin retroceder jamás ante las adversidades.

“A las enfermeras jóvenes, principalmente quiero decirles que sean fuertes, que cuiden sus emociones y salud mental, que tengan un trato humanizado hacia los más débiles, que amen, cuiden a sus familias, no es todo el conocimiento, como tratamos y creamos esa relación de confianza con el paciente es lo más importante “, sentenció.

Por su parte, el Lic. Edgar Mena, jefe del Departamento de Enfermería del Hospital del Área 2, manifestó que esta fecha tan especial tiene sus antecedentes recordando en breve reseña que un 12 de mayo de 1811 nació en la ciudad de Florencia, Italia, Florence Nightingale, quien dedicaría su vida al cuidado de los enfermos. Formada en Inglaterra, fue la creadora de la carrera de enfermería profesional, fundando en 1860 en Londres una jerarquizada Escuela de Enfermeras.

El Lic. Mena sostuvo, que el espíritu inquebrantable de las enfermeras es reconocido mundialmente y que la pandemia del COVID-19 ha golpeado a sus familias, inclusive muchas de ellas han perdido la batalla contra el coronavirus y otras siguen exponiendo sus vidas por el potencial foco de contagio que representan sus lugares de trabajo.

“Son los héroes de blanco, tenemos personal que ya no están con nosotros, pero otros seguimos firmes al pie del cañón. La alegría más grande es cuando vemos que un paciente recibe el alta médica o sale de terapia, ese reencuentro con sus familias no tiene precio”, aseveró.

Algo que preocupa es la salud emocional de los profesionales de enfermería, acotó. “Preocupa mucho, todos saben que los enfermeros tienen pluriempleo, eso conlleva picos de estrés, ansiedad, depresión, es mayor la carga y la presión laboral, los problemas en la familia, la economía, el COVID-19 que no da descanso, el lado humano de perder un paciente golpea en lo más profundo”, indicó el responsable.

El Departamento de Enfermería del Hospital del Área 2, realizará en la fecha un almuerzo solidario que será distribuido a familiares de pacientes internados por COVID-19 en el Hospital Regional de Ciudad del Este y el Hospital Respiratorio Integrado (MSP-IPS Alto Paraná).

Según adelantaron los organizadores, se distribuirán 200 marmitas de alimentos, 100 unidades serán destinados al Hospital Regional de Ciudad del Este y 100 bandejas al Hospital Respiratorio Integrado del IPS CDE.

La actividad solidaria busca ser tradicional con el objetivo de despertar el sentimiento colectivo de apoyo y asistencia a familiares de internados que atraviesan por muchas dificultades económicas debido a la pandemia.

“Es un pequeño gesto de amor, decirle a cada enfermero, a cada familiar, que acá tenemos que pelear por vencer o vencer, no vencer o morir. Nuestros pechos la muralla, fuerza a todos y que Dios nos bendiga con esta actividad”, remató finalmente.